Capítulo 2

Iba por un camino de tierra a mucha velocidad y se notaba que al rededor había árboles que pasaban a su lado rápidos y borrosos. Sentía el viento de la velocidad en su cara pero no parecía ser ella la que manejaba esa bicicleta. De repente toda su visión se llena de una luz intensa y despierta. Tenía las cortinas de la ventana abiertas de par en par y el sol de la mañana entraba por ella con mucha intensidad. Se tapó la cara con las frasadas dispuesta a seguir durmiendo pero en ese momento entró su mamá para decirle que se despierte de una vez y vaya a desayunar.
     Cuando bajó estaba su hermano menor, Thomas, sentado en la mesa de la cocina totalmente concentrado en la televisión y su madre haciendo las tostadas.
     V: era hora no? cada día te despertas más tarde
     R: papá no llamó?
     V: no, pero mejor que no llame porque me debe plata. No me manda el dinero mensual desde abril, yo no sé qué se piensa, ésta familia se sostiene gracias a mi y no es que me lleve el crédito hija pero ya sos lo bastante grande para que yo te pueda explicar éstas cosas.
     Rita sólo asintió y mordió una tostada. De repente el hambre había desaparecido, no era la primera vez que su madre hablaba de ese modo y suponía que era porque ya no podía guardárselo para sí misma. Últimamente no le preocupaba que Rita sepa todas las cosas en las que su padre fallaba lo cual era diferente años atrás. Antes, Rita no sabía ni de la mitad de cosas que sabía ahora, que su padre estaba sin trabajo y que era prácticamente un alcohólico. Él vivía en otra ciudad, no muy lejos de ahí pero Rita lo veía una vez cada dos o tres meses, y a veces él llamaba para decirle que la iba a pasar a buscar y la llevaba a pasear junto a su hermano. A decir verdad, a Rita le bastaba con que su padre la quiera y la considere su hija, pero en estos tiempos había visto verdaderamente preocupada y angustiada a su madre, cansada de tener que trabajar para mantenerlos a ellos dos. Eso la molestaba muchísimo, le enojaba que su padre no buscase trabajo ni se preocupara por tratar de conseguirlo lo más rápido posible ya que ella y su hermano también eran responsabilidad suya. En estos últimos meses, Rita había extrañado a su padre, lo cual era un tanto raro. No es que ella no quisiese a su papá o algo así, pero se había acostumbrado a verlo cada tanto desde que era pequeña, se había acostumbrado a una vida de padres separados y eso ella lo consideraba un favor, porque no sufría tanto como lo hacían otros chicos que tenían a sus padres divorciados. Ella había vivido siempre así, y le gustaba. No se le imaginaba el hecho de que sus padres vuelvan a estar juntos porque los prefería así distantes antes de que se estén peleando todo el tiempo. Pero tenía que admitir que había veces que lo extrañaba o la ponía triste que no pueda contarle las cosas que le pasaban en el día o lo que había hecho con sus amigas en la tarde o cualquier otra cosa cotidiana. Por supuesto también quería contarle del escondite que había encontrado el día anterior con sus amigos pero no podía. Suponía que su hermano también se sentiría así, aunque el no se daba cuenta porque era solo un niño que lo único que le importaba era ver la televisión y jugar a la pelota con sus amigos del colegio.
     Vera agarró su bolso y su abrigo rápidamente y mirando el reloj se despidió de sus hijos para ir al trabajo, sin antes decirle a Rita que sacara la ropa recién lavada y la tienda afuera lo antes posible.
     Como estaban en vacaciones, Vera había inscrito a Thomas en una especie de colonia de verano, que consistía en hacer jugar a los niños y que hagan actividades físicas, lo cual Rita consideraba un alivio porque no pensaba quedarse todos los días en su casa a cuidar a su hermano.
     Aquélla tarde, luego de dejar a Thomas en la colonia, Rita se encaminó a la plaza que estaba a unas cuadras de su casa, casi siempre el punto de encuentro que tenía con sus amigos. En realidad todo el mundo se encontraba siempre ahí, o mejor dicho, toda la juventud. Siempre encontraba gente que iba a su escuela o vecinos suyos, y dado que era un barrio relativamente chico, todos se conocían entre ellos. Se dirigió a la parte central de la plaza, donde había un playón y unos bancos para sentarse. Ahí vio que estaba Luke, hablando con otros chicos que ella sólo conocía de vista pero no la alegró que sólo esté Luke, la incomodaba un poco cuando estaba sola con él. Ellos, unos dos años atrás, habían salido por un tiempo. Él fue el primer novio serio de Rita, con quien dio su primer beso pero empezaron a haber problemas entre ellos lo cual implicaba que también haya problemas entre el grupo de amigos por lo tanto, decidieron que lo mejor sería terminar y seguir como si nada hubiese pasado aunque claro, aún se ponía nerviosa cuando estaba sola con él y estaba segura que a él le pasaba lo mismo. De todos modos Rita no era una chica que se atase al pasado, y sabía sobrellevar esto bastante bien, ya se había acostumbrado a estar lejos de él y cerca a la vez, midiendo sus sentimientos. Lo mismo hacía con su padre.
    Se acercó discretamente y se sentó al lado de Luke, que se despedía de los chicos y volteaba a saludar a Rita.
    Luke: Hola, los otros no vienen aún.
    Rita: ¿esos chicos son de la escuela no?
    L: si, van al mismo año que nosotros pero al turno tarde. Me acaban de invitar para ir a un bar que está por Mathew St. esta noche
    R: The Cavern? jajaja
    L: jajaj no, se llama Remeniss, todos irán ahí esta noche
    R: si, me suena el nombre
    L: bueno, sería genial ir, vamos?
    R: em si, con los chicos, no?
    L: si..claro, me refería a eso
En ese momento se acercaron Matt, que venía con las manos en los bolsillos y con su típica cara de nada, tenía el pelo castaño y unas pestañas muy largas, y adelante de él venía James caminando con ese paso altanero que tenía, fumando y con su campera de cuero marrón, que parecía tenerla pegada porque nunca se la sacaba. James tenía el pelo negro azabache y ojos de un azul oscuro, a diferencia de Luke que era casi rubio y de ojos celestes muy claros.
    J: qué onda muchachuelos?
    L: ésta noche vamos a Remeniss
    M: vos y Rita?
    R: no, todos. Aun que yo tendría que preguntarle a mi mamá primero jaja
    J: ah si! ese lugar es genial me dijeron, pasan mucho Oasis, Blur, muchas bandas actuales
    L: jaja supongo que con actuales te referís a que no pasan Beatles todo el día
    M: todos amamos a los Beatles pero vivir en Liverpool implica escucharlos todo el día? no! tienen que dejar de pasarlos en tooodos los bares y clubs, así que definitivamente iré a Remeniss si van a pasar algo actual
    C: tocará una banda también.
Clare había aparecido de la nada junto a Matt causándole un gran susto.
    J: cómo sabes?
    C: mi primo trabaja ahí, es un buen lugar, se los recomiendo
    R: ah! con razón me parecía conocido el nombre
    Laura: hola chicos! a dónde iremos esta noche?
    J: Rrrrrrrrrameniss mi querida Lauri
 Laura se sentó al lado de Rita, y hablaba mientras abría una lata de Coca-Cola.
    Laura: Rameniss? qué es eso?
    Luke: un bar, o club, o disco o lo que sea, es lo mismo
    Laura: y qué música pasan? está bueno?
    Clare: sí, es genial. Pasan todo lo que se escucha ahora, Oasis, The Cranberries, Blur, y un poco de ochentosos también.
    Laura: bueno, cuenten conmigo entonces.

Durante el resto de la tarde, estuvieron caminando por todos lados. Los chicos hacían travesuras como siempre, le sacaban los sombreros a la gente que pasaba al lado de ellos y luego salían corriendo, las chicas los seguían porque ya estaban acostumbradas a éste tipo de cosas, y no les molestaba en absoluto, es por eso que ellos las preferían entre todas, porque el resto de las chicas se comportaban como idiotas en cambio, Laura, Clare y Rita eran geniales para los chicos en comparación de las otras. Aun que por supuesto, sólo eran amigas. James era el más mujeriego de los tres obviamente, Luke también lo era pero no tanto, y Matt era el más tranquilo, sumiso y bastante responsable para su edad aunque no era un tipo aburrido y le gustaba hacer macanas como los otros, siempre midiendo las consecuencias de lo que pudiera llegar a pasar.
     Rita los conocía desde el tercer año en la secundaria, cuando ella pasó al turno mañana. Antes, ella iba al turno tarde y en cuanto se integró al grupo, le cayeron de maravilla. A Clare la conocía desde antes porque era su vecina desde siempre, y claro, su mejor amiga.